La pizza es uno de los platos más universales del mundo, con innumerables variantes que reflejan la diversidad cultural y gastronómica de cada región. Dos de las versiones más emblemáticas son la pizza argentina y la auténtica pizza napolitana. Ambas tienen sus propias características distintivasp producto de cada herencia cultural, lo que las convierte en interesantes objetos de comparación, teniendo en cuenta que además en Argentina la mayoria de los consumidores de estos productos, suelen ser detractores de la pizza napolitana por su delgadez y escasez de ingredientes y grandes defensores de la contundente pizza argenta.
Origen e Historia
La pizza napolitana tiene sus raíces en Nápoles, Italia, donde surgió a finales del siglo XVIII. Originalmente considerada comida de pobres, dado que su primera versión llamada pizza marinara, lleva como ingredientes harina de trigo, salsa de tomate y nada más. Sin embargo dadas sus características de sabor y remedio contra el hambre, su popularidad creció rápidamente y se convirtió en un símbolo de la cocina italiana. La pizza napolitana está protegida por la ley italiana y por la Unión Europea, bajo el sello de Especialidad Tradicional Garantizada (ETG), lo que asegura su método de preparación y los ingredientes utilizados.
Por otro lado, la pizza argentina tiene sus raíces en la inmigración italiana a Argentina a finales del siglo XIX y principios del XX. Los inmigrantes italianos trajeron consigo sus tradiciones culinarias, que se fusionaron con los ingredientes locales y las preferencias gastronómicas argentinas, dando lugar a una variante única y distintiva de la pizza.
Fotografía: Pinchu travel food
Ingredientes y Preparación
La pizza napolitana se caracteriza por su simplicidad y el uso de ingredientes frescos y de alta calidad. La masa, elaborada con harina de trigo, agua y sal, se deja fermentar durante al menos 24 horas. Se extiende a mano y se cocina en un horno de leña a alta temperatura durante 60 a 90 segundos, lo que le da una corteza suave, ligeramente crujiente y con manchas tostadas. Los ingredientes típicos incluyen tomate, mozzarella di bufala, aceite de oliva virgen extra, albahaca fresca y sal marina, asi se compone la clasica Margherita.
En contraste, la pizza argentina tiene una masa más gruesa y esponjosa, similar a la focaccia. Se cocina en hornos convencionales y no requiere el uso de horno de leña. Los ingredientes varían, pero típicamente incluyen una abundante cantidad de queso mozzarella, salsa de tomate, y una variedad de coberturas que pueden incluir jamón, morrones,, aceitunas, y huevo duro. Una de las variedades más populares en Argentina es la “fugazzeta”, una pizza de cebolla y queso que muchas veces se hace rellena con más queso.
Experiencia Gastronómica
La experiencia de comer una pizza napolitana es única. La combinación de una masa suave, delgada y elástica, con la frescura de los tomates y la mozzarella, crea un equilibrio perfecto de sabores y texturas. La simplicidad de sus ingredientes permite que cada componente brille por sí solo. Además se sirve una pizza completa como porción individual y se come con la mano.
La pizza argentina, por otro lado, ofrece una experiencia más robusta y sustanciosa. La generosa cantidad de queso y las diversas coberturas crean una explosión de sabores y una textura más densa y saciante. Es común compartir una pizza entre varias personas en una típica pizzería argentina, donde el ambiente es informal y familiar. Es una comida muy de paso, al punto que en muchos sitios se come de parado en una barra y con 2 porciones es suficiente para sentirse satisfecho.
Influencia Cultural y Adaptabilidad
La pizza napolitana ha mantenido su forma tradicional a lo largo de los años, siendo fiel a sus raíces y métodos de preparación. Esta adherencia a la tradición es parte de su encanto y de su reconocimiento mundial como una auténtica expresión de la cultura napolitana.
La pizza argentina, en cambio, muestra una adaptación y evolución constantes. A tal punto que existen pizzas que llevan por encima panceta y queso cheddar o incluso trozos de milanesa. Ha absorbido influencias de otras culturas y ha sido adaptada a los gustos locales, reflejando el carácter dinámico y multicultural de la sociedad argentina. Esta flexibilidad ha permitido que la pizza argentina evolucione y se mantenga relevante en un contexto culinario global en constante cambio.
Conclusión
En resumen, tanto la pizza argentina como la auténtica pizza napolitana son reflejos de sus respectivas culturas y tradiciones. La napolitana, con su enfoque en la simplicidad y la calidad de los ingredientes, y la argentina, con su adaptación y diversidad de sabores, ofrecen experiencias gastronómicas distintas pero igualmente valiosas. Ambas versiones celebran la herencia italiana, pero lo hacen de maneras que resaltan sus propios contextos históricos y culturales. La preferencia entre una y otra es subjetiva y depende del paladar y las experiencias individuales de cada persona Seguramente sea imposible definir cual se quedará con el podio de la pizza más rica porque claramente son cosas muy diferentes.
2 Comentarios
Hola!
Esta es una respuesta